Como muestra
el video, en un antiguo teatro de Londres, el genial violero zurdo de todos los
tiempos hace una versión psicodélica de Sgt. Pepper ante uno de sus creadores y
los demás músicos popes de la movida rock británica de la época.
El propio
Hendrix habría contado, que se embarcó hacia Londres con un billete de primera
clase y con muy pocas monedas en el bolsillo. Mientras el músico cargado de la mística
estampa de Harlem se presentaba, aprovechó también su estadía para nutrir a su
guitarra de algún que otro colorido rockero británico. Y poco a poco, como un imán se le fue pegando
el sonido británico de fines de los 60, a su nueva Fender Stratocaster blanca.
Tres días
antes de la versión de Jimmi, The Beatles habían lanzado al mercado el álbum
Sgt. Pepper. Aunque el habilidoso violero zurdo estadounidense, dejara a sus
pares descolocados por su forma de tocar, a los integrantes presentes de The
Beatles les pareció un poco rebuscada la versión que escucharon sobre Sgt.
Pepper. Aunque el propio Paul McCartney ha reconocido que le gustó y años
después le agregara haberse sentido halagado.
Fue un 4 de
junio de 1967, cuando sentados en las butacas del antiguo Saville Theatre, el
propio Paul McCartney junto a George Harrison, más la banda Cream, integradas
por Eric Clapton, Spencer Davis y Jack Bruce, vieron a un deslumbrante Jimi
Hendrix interpretar Sgt. Pepper.
Con la
energía que transmitía en aquellos días el rock psicodélico, todos estaban allí
para observar con sus propios ojos al fenómeno del momento: Jimi Hendrix.
Influido por la dinámica de Cream y The Who, Hendrix había armado su propio
trío con Noel Redding y Mitch Mitchell para trabajar sobre su lengua musical
paterna con el desparpajo psicodélico de los chicos británicos. En Are You
Experienced, por primera vez en la historia de la música pop, confluía la
legitimidad racial sobre el blues, con la libertad de la era de Acuario.
Hendrix, sin embargo, para su visita de Londres, tenía más ases bajo la manga.
Esa misma
noche, apenas tomó el escenario, pidió a los espectadores que se cuidaran los
oídos. Después echó una mirada cómplice al palco y comenzó el concierto con
"Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band". La apuesta era radical: si la
versión era igual o inferior, resultaba una afrenta. Sólo podía ser genial. Y
fue genial. Ya en los camarines, Brian Epstein invitó a la banda a una fiesta
privada. Hendrix guardó en el estuche su Strato blanca para zurdos y, unos
minutos después, se disponía a celebrar. McCartney abrió personalmente las
puertas y le ofreció un porro monumental: "That was fuckin' great,
man". Cuentan que el resto es historia.